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domingo, 21 de febrero de 2010

Las claves genéticas de la 'cuna' de la Humanidad

Un grupo de bosquimanos camina por un sendero de Namibia. | Stephan C. Schuster

Un grupo de bosquimanos camina por un sendero de Namibia. | Stephan C. Schuster

  • Descifran el ADN de la población con la forma de vida más primitiva
  • La conclusiones permitirán mejorar las aplicaciones médicas

Durante años las investigaciones de genética humana han provocado un enorme sesgo en las bases de datos a favor de las poblaciones de origen europeo. De todos los genomas completos que se han publicado hasta la fecha sólo uno de ellos es de África, el lugar donde habitaba el ancestro común y desde el que el ser humano colonizó el resto del planeta. Ahora, una investigación dirigida por científicos de la Universidad de Penn State (EEUU) ha demostrado hasta qué punto estaba equivocado el camino científico seguido por los estudios genéticos.

El estudio ha analizado la secuencia de ADN de cuatro bosquimanos de la etnia Khoisán y un miembro de los Bantú, para lo que se ha prestado voluntario el arzobispo y Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu. Los investigadores han identificado 1,3 millones de variantes genéticas desconocidas hasta la fecha. Con la secuenciación de los dos europeos, tres asiáticos y un africano secuenciados hasta ahora sólo se habían documentado entre 3 y 4 millones de variantes.

Los investigadores, en Namibia. | S.C.S.

Los investigadores, en Namibia. | S.C.S.

"La variación genética humana es vital para determinar el riesgo de padecer una enfermedad que tiene un individuo o la capacidad que tiene para responder a un determinado fármaco", explica la coautora del trabajo Vanessa M. Hayes, de la Universidad de New South Wales en Australia.

"Hay que recordar que la genómica humana está llegando a ser una fuente de conocimiento médico real y muy poderosa que podría alcanzar su punto álgido en 2010", asegura el autor principal del trabajo, Stephan C. Schuster, científico de Penn State y líder del grupo que descifró el genoma del mamut hace algunos meses.

Los últimos cazadores-recolectores

Schuster seleccionó a cuatro representantes de la etnia Khoisán, una población de bosquimanos que habita en Namibia, por ser el único grupo que aún mantiene el tipo de vida cazador-recolector que tenían los primeros seres humanos.

Además, ha evolucionado sin interrupción desde la separación del ancestro, algo que no han hecho las poblaciones europeas o asiáticas que pasaron por un cuello de botella genético cuando unos pocos individuos se expandieron por el hemisferio norte. "Hay más diferencias genéticas entre dos bosquimanos que entre un europeo y un asiático", compara Hayes.

"Estas características permiten a los científicos estudiar no sólo las aplicaciones médicas sino también las adaptaciones al modo de vida", explica Tomás Marqués Bonet, investigador del Departamento de Ciencias Genómicas de la Universidad de Washington y del Instituto Médico Howard Hughes.

La investigación detalla un perfecto ejemplo de este tipo de mutaciones relacionadas con el modo de vida. Los individuos analizados no poseen el gen que permite fabricar la enzima que digiere la lactosa. Como es lógico los cazadores-recolectores no consumían leche, porque no explotaban ganado. Algo que sí comenzaron a hacer los humanos con el inicio de la agricultura y la ganadería. Por ello ese gen y la capacidad de digerir la leche sí se encuentra en las poblaciones europeas o asiáticas.

Desentrañan la tecnología de los primeros humanos europeos

Escrito por Kanijo en Ciencia General, Historia
Tecnología de los primeros humanos europeos
Arriba: Cráneo de Homo georgicus hallado en Dmanisi(Georgia). (Foto de E. Lacasa). Abajo: Industria lítica procedente del yacimiento de Dmanisi (nivel IV).

Investigadores de la UAM han desarrollado un trabajo de investigación sobre los primeros útiles líticos documentados en Eurasia. Este estudio, desvela la complejidad de los comportamientos técnicos de los primeros homínidos del yacimiento de Dmanisi, cuya cronología, cercana a los dos millones de años de antigüedad, resulta la más antigua documentada hasta el momento en Europa.

El profesor Javier Baena Preysler y su equipo, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, a través de un proyecto de la Fundación Duques de Soria y el Ministerio de Asuntos Exteriores en coordinación con el Museo Nacional de Georgia, vienen colaborando en los trabajos de excavación y estudio de los restos hallados en Dmanisi. Este yacimiento es el más rico en fósiles humanos de estas cronologías localizado hasta el momento. Hasta el presente se han encontrado un total de 5 cráneos y decenas de restos correspondientes al esqueleto. Sus similitudes con H. ergaster, sugieren que estos homínidos representan las primeras especies en salir de África, dando lugar al linaje asiático de H. erectus.

Igualmente, los restos de industria localizados suponen un testimonio excepcional de la primera tecnología en herramientas de piedra elaboradas por estos homínidos, que permitió a nuestros antepasados llegar más allá de África del Este.

Las rocas seleccionadas para confeccionar esta industria lítica provienen de un entorno próximo como es habitual en estos momentos antiguos. Casi siempre seleccionaban cantos rodados de los cercanos cauces de los ríos Mashavera y Pinesauri, aunque en ocasiones también escogieron bloques y lajas angulosas. Existe una enorme variedad de rocas que supieron aprovechar, hasta un total de 21 tipos litológicos diferentes, lo cual nos indica en cierta forma la capacidad de reconocer y aprovechar cualquier roca que se pudiese tallar.

Muchos de los cantos que fueron seleccionados no están tallados, siendo seguramente empleados como percutores o yunques. Los tallados, suelen ofrecer planos naturales lisos, en los que resultaba más fácil la extracción de las primeras lascas. En los momentos más antiguos (nivel IV), la explotación se realizaba produciendo lascas sucesivas desde el mismo plano, en series muy sencillas, hasta que el borde del canto se embotaba, momento en el que era abandonado o retomado en otro plano para iniciar la misma operación.

Sin embargo, en el nivel II (un momento posterior en la ocupación) las lascas fueron obtenidas de manera alternativa en una y otra superficie del núcleo o canto, lo que permitía controlar mejor el proceso de talla, y obtener así un mayor número de lascas. El estudio de los materiales de la secuencia de este yacimiento, nos ha permitido apreciar, los primeros cambios tecnológicos que estos primeros grupos humanos sufrieron en su llegada al continente europeo.

Todo ello permite situar la industria lítica de Dmanisi, a medio camino entre las industrias consideradas como preolduvayense o modo 0 y las olduvayenses o modo 1. En Europa occidental, con una cronología un poco más reciente (1,4-0,8 MA) se encuentran industrias que siguen teniendo una tecnología olduvayense hasta algo menos de 1 millón de años. Existen buenos ejemplos de esa tecnología en yacimientos como Monte Poggiolo (Italia), Orce y Atapuerca (España).

A pesar de su sencillez, esta tecnología permitió a estos homínidos una amplia expansión geográfica, como nunca habían conocido hasta entonces, adaptándose a paisajes cada vez más alejados y diferentes del foco originario del Sur y Este de África. Dmanisi supone un importante hito en la evolución de la industria lítica a las puertas de Eurasia a través del cual se expanden los primeros grupos de homínidos.

Los resultados obtenidos en estas investigaciones han sido publicados en Quaternary Internacional.